
Llega el tiempo de Cuaresma, recordamos los 40 días que Jesús estuvo en el desierto,
haciendo oración, ayuno y siendo tentado en el desierto. El desierto como sitio de prueba y
como oportunidad de crecimiento interior y espiritual. Cuaresma como tiempo de
renovación y conversión a Cristo, de coherencia, de quitarnos las máscaras y eliminar lo
superficial de nuestras vidas y redescubrir nuestras relaciones: con nosotros, con los demás y con Dios.