
No hay nada mejor que amar y ser amado. Así, en familia, con mis compañeros de clase, los profesores, el Padre Manyanet,… Qué bien poder empezar el curso con esta alegría, con esperanza, con tranquilidad y seguridad. Sólo hace falta que ponga de mi parte y con la oración, pedir a Jesus, María y José que me den fuerza para conseguirlo. ¡Vamos allá!
